El Mercedes Benz 540K fue uno de los más bellos automóviles de su década, fabricado entre 1936 y 1939, era descendiente directo de la serie 500K, que se comenzó a fabricar en 1933.
Su versión roadster convertible fue furor entre la alta burguesía alemana y europea en el periodo de entre guerras en que se fabricó.
Contaba con un súper motor de Dainler-Benz M24 II de 8 cilindros, capaz de desplazar más de 5 litros (5401 cc.), se encargaba de mover un desorbitado peso no inferior a los 2.300 kilos, a una velocidad máxima de 170 km/h, aunque eso sí, con un consumo entre 28 y 30 litros a los 100 kilómetros.
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